Cuál fue nuestra sorpresa cuando, el otro día, le llegó a la seño Pili, otro paquete del museo.
Amancio fue el encargado de abrirlo en nuestra clase.
¿Qué sería?
No salíamos de nuestro asombro.
Era un pie de dinosaurio.
Seguro que en el museo saben todo lo que estamos investigando y nos han querido echar una mano.
Lo pusimos en el suelo con mucho cuidado y decidimos comparar un pie de dinosaurio con los nuestros.
Y no es que nuestros pies sean muy pequeños...es que el pie de dino es muy grande.
Tan grande que nos dimos cuenta, de que podíamos "probarnos el pie" como si fuese un zapato.
Y eso hicimos...
¡Que chulo!! Me gusta el zapato-dinosaurio, ¿me dejais que me lo ponga?. Maribel
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