Nos llegó una caja enorme, pesada, con la palabra frágil escrita en los laterales... Estábamos nerviosos y ansiosos por ver lo que contenía, pero primero hicimos nuestras conjeturas: -puede haber disfraces o muñecos, comida, una mascota nueva...
Empezamos a abrir un lateral de la caja y descubrimos una carta que procedía de un museo. Entre todos la fuimos leyendo y nos decía que necesitaban nuestra ayuda para cuidar algo.
No podíamos esperar más, abrimos la caja y descubrimos dos enormes huevos. Nuestra cara lo decía todo, nos quedamos con la boca abierta, pero...¿de qué serían estos huevos?
Después de tocarlos, escucharlos y analizarlos, llegamos a la conclusión de que eran huevos de dinosaurio.
Algunos de nosotros pensamos que ahora somos sus papás, por lo que teníamos que cuidarlos muy bien y ponerles un nombre.
Corazón y Dino fueron los escogidos por votación popular.
Comenzamos a buscar en nuestra biblioteca todo lo relacionado con los dinosaurios.
Al día siguiente, Jorge nos contó que los dinosaurios ponían sus huevos en nidos...
Pero ¿cómo y dónde hacían sus nidos los dinosaurios?
Estuvimos investigando y descubrimos que los dinosaurios hacían sus nidos en las arenas de las playas, en terrenos inundables y en dunas. Algunos e incluso le ponían plumas a sus huevos para que estuvieran más calentitos.
Nosotros sin pensarlo dos veces, salimos al patio para coger tierra, palitos, plumas...
Todo lo mezclamos con un poquito de agua para que se compactara e hicimos un nido genial.
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